CESAL, 25 años caminando junto a las personas
El pasado 26 de junio CESAL conmemoró su 25 aniversario en La Casa Encendida de Madrid con la asistencia de más de 300 personas
Eran las 4 de la tarde cuando un grupo nutrido de personas se encontraban en La Casa Encendida dispuestas a preparar los últimos detalles. Empezaba el fin de la conmemoración del 25 aniversario de CESAL. Había emoción y nervios.
Todos dispuestos a dar lo mejor de sí mismos para mostrar a socios y colaboradores, a fundaciones y empresas, a administraciones y otras ONG, el trabajo realizado por CESAL en este cuarto de siglo, y hacerlo desde el corazón de los protagonistas. Las personas, que son las que dan sentido a la cooperación para el desarrollo y a la acción social.
Entre cables, operarios, sillas a medio colocar, voluntariado moviendo cajas, técnicos de imagen y sonido, llegó la hora. Los primeros invitados hacían su aparición en la puerta de entrada al Patio Central. Todos a sus posiciones. Esa fue la consigna que con la mirada se transmitieron los encargados de hacer que el evento se convirtiera en un recuerdo entrañable para los asistentes
La gran pantalla que invadía el escenario empezó a mostrar las imágenes de los protagonistas del trabajo de CESAL: niños y niñas, mujeres, comunidades enteras, docentes, campesinos y campesinas… se movían al ritmo de una animada música que incitaba a levantar la mirada y produjo las primeras sensaciones positivas. “Aquí hay muchas vidas que merecen la pena ser contadas”, se oía comentar a algunos de los asistentes a su compañero de asiento.
A las 19:15, hora convenida, Fernando de Haro, periodista conductor del acto, tras una breve introducción, agradecimiento a los presentes y a los ausentes que han apoyado a CESAL en el camino, llamaba a escena a dos protagonistas.
Ettore Pezzuto, presidente de la Compañía de las Obras (CdO) en España, cuenta que el aniversario se enmarcaba en el ConoCdO, un encuentro anual de la Compañía de las Obras, organización formada por asociaciones culturales, empresariales y profesionales, personas físicas y ONG, entre las que está CESAL. Y José Miguel Oriol, Presidente de CESAL, que recuerda los orígenes de la organización, que nació a propuesta de la Confederación Latinoamericana de Sindicatos Cristianos, para apoyar sus actividades en Iberoamérica.
La introducción dio paso al primer bloque de la noche:Cooperación y Desarrollo. Invitados como Gonzalo Robles, Secretario General de Cooperación Internacional para el Desarrollo; Bernhard Scholz,Presidente de la Compañía de las Obras; y Pablo Llano, Director de CESAL, reflexionaron sobre los cambios que se han producido en la cooperación, la contribución de la sociedad civil y de las ONG como CESAL, así como los principales retos de futuro.
La base para el diálogo fueron las intervenciones de cuatro mujeres que dedican su vida a la cooperación desde hace años: Amparo Espinosa, Directora de la Fundación Sembrar, ONG ecuatoriana con la que CESAL trabaja en barrios marginales de Quito.Rose Busingye, Fundadora de la ONG Meeting Point International de Uganda, que trabaja con mujeres y huérfanos víctimas del VIH/sida. Cleuza Ramos, líder de Los Trabajadores Sin Tierra de Sao Paulo, en Brasil. Sara Flores, Coordinadora de CESAL en Huachipa, Perú.
Puedes ver sus intervenciones en el vídeo que os presentamos debajo.
http://www.youtube.com/watch?v=hI6m2pWs4Ms
Los ponentes, así como Amparo, Sara, Cleuza o Rose, estuvieron de acuerdo: “El motor que puede encender la chispa del desarrollo es el cambio de la persona, que tiene un efecto de contagio sobre su entorno”. Este contagio va más allá de cada ser individual, se proyecta “en la esfera de lo social, en lo económico e incluso en lo político”.
Pablo Llano, afirmó que “CESAL no puede responder a todas las necesidades de las personas, pero puede contribuir a que estén en las mejores condiciones de afrontar los desafíos de la vida. Y esto genera sociedad civil, asociaciones que responden y se involucran en la vida de las personas, que entran en relación con los poderes públicos”.
En relación a la sociedad civil, Bernhard Scholz dice que “es el lugar en el que la persona asume su responsabilidad y libertad desplegando sus capacidades, energías... para consigo mismo, sus familiares y sus conciudadanos”.
Diferentes actores como gobiernos, fundaciones y empresas, además de las ONG y otros movimientos sociales, constituyen parte del impulso con el que cuenta la persona que ha decidido tomar parte activa en el cambio de su vida y en el de su entorno. Gonzalo Robles, consideró que “este es un momento clave para vincular en la cooperación española el sector privado, además de la sociedad civil, con lo público. Es decir, proponer desde el Estado alianzas público-privadas que permitan aunar esfuerzos en pos del desarrollo en el mundo”.
CESAL, a lo largo de estos 25 años ha conseguido cosechar un buen concepto de su método de trabajo en cooperación para el desarrollo y en acción social, además de muchos amigos debido al valor que han entendido que aporta al mundo. En palabras de Pablo Llano, “De este valor han nacido relaciones insospechadas e intervenciones muy fructíferas con empresas, organizaciones de la sociedad civil y personas”. Estas relaciones fueron compartidas en forma de testimonio entre los invitados.
A través de un vídeo, se pudieron escuchar las palabras de Meri, una voluntaria de la organización comprometida desde hace años, que afirmaba: “Para mí CESAL es la mano que llega donde yo no puedo llegar” o las pronunciadas por Pablo Gómez Tavira, ex Director General de Inmigración, al considerar que "Hay una verdadera coherencia entre lo que hacen, lo que piensan y cómo viven los técnicos de CESAL”.
La tarde avanzaba y a pesar del calor, los 300 asistentes seguían con su atención puesta en el escenario. Tal vez a causa de las historias humanas que allí se iban contando e intuyendo.
Pasadas las 20:30 Fernando de Haro dio entrada albloque de acción social. En 2007, CESAL fue una de las organizaciones elegidas por la Comunidad de Madrid para gestionar un Centro de Participación e Integración de Inmigrantes, el CEPI Hispano-Dominicano, con el objetivo de contribuir a la plena inserción de este colectivo. La crisis económica y social por la que atraviesa nuestro país, ha hecho que en el centro se atienda a personas en riesgo de exclusión con independencia de su nacionalidad.
En el espacio de acción social, participaron Gonzalo Ortiz, Director General de Inmigración de la Consejería de Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid; Chema de Isidro, Chef y profesor de la Escuela de Hostelería de CESAL; Fernando Morán, Responsable de programas de juventud de CESAL; y Wilber Sanboy, Manuela Brito y Dayhanni Santos, jóvenes dominicanos que han conseguido enderezar un camino que se torcía en un momento demasiado temprano de sus vidas.
La charla se desenvolvió de forma espontánea con sentimientos que afloraban a cada rato. Wilber, con gran sentido del humor y total sinceridad confesó "las normas no me gustan. Fernando -refiriéndose al coordinador de juventud de CESAL-, no me gustaba. Pero poco a poco, era al único a quien buscaba. Siempre estaba allí y siempre había un sitio al que podía acudir cuando necesitaba ser apoyado”.
Dayhanni fue a CESAL a pedir apoyo porque se había quedado embarazada. Quería tener a su hijo, pero solo contaba con 15 años y su familia no podía hacerse cargo. “María, la psicóloga del Centro Hispano-Dominicano, me acompañó a hacerme todas las pruebas, a las sesiones de preparación al parto, en el momento de tener a mi hija… Yo necesitaba alguien que me cuidara, no que me respondiera como profesional”, explicó la joven agradecida, que ahora, con una familia de acogida y su hija de 5 años, acaba de encontrar un trabajo.
Manuela explicó que llegó a CESAL “en un momento complicado en mi vida. Iba mal en los estudios. Comencé a hacer el curso de cocina y encontré a una persona, Chema, que me hizo abrir los ojos, descubrir lo que yo podía hacer y ser”.
Chema de Isidro, el cocinero formador de los jóvenes, comenta que “los chicos que llegan al curso vienen con muy baja autoestima. Pero cuando se ponen delante del plato ven que crean algo. Se sienten orgullosos de lo que hacen y se sienten queridos. Un día un chico se me acercó después de hacer un show cooking y me dijo: Chema, jamás me habían aplaudido en la vida”.
Las palabras de Gonzalo Ortiz fueron una extensión de los testimonios de los jóvenes: “Si tengo que destacar algo de CESAL es sin duda la sensibilidad y la cercanía con las personas, involucrándoles en el trabajo social que hacen. Eso es muy valioso”.
En el trabajo de acción social, igual que en el de cooperación al desarrollo, lo que mueve a las organizaciones como CESAL es ver que se consiguen resultados. Fernando Moránlo expresó así: “Vemos un brillo diferente en los ojos de los chicos… Eso me hace ponerme en movimiento a mí también”.
La foto de familia dio paso a un nuevo escenario. La Terraza de la Casa Encendida donde los chicos y chicas de la Escuela de Hostelería trabajaban desde las cuatro de la tarde para que todo estuviera listo a las nueve y media. Había llegado el momento de que los invitados degustaran el cóctel preparado y servido por ellos mismos. Caras de satisfacción. amigos de CESAL agradeciendo la invitación que les dio la oportunidad de conocer toda la vida que se había compartido hacía apenas unos instantes en el Patio.
Las palabras de Gonzalo Robles, Secretario General de Cooperación Internacional para el Desarrollo, nos permiten cerrar la crónica de la noche, ya que reflejan en parte el sentir de muchos de los presentes. “Quedan muchas cosas por conseguir en el desarrollo. Si uno echa la mirada atrás vemos como los datos de la pobreza, la salud, el VIH, la mortalidad infantil han mejorado. Hemos conseguido que millones de personas vivan mucho mejor que hace 15 años. Pero el desarrollo no es una cuestión de que los países crezcan y crezcan, sino que tenemos el gran reto de luchar contra las desigualdades, que el desarrollo llegue a las personas. En la actualidad hay muchos países que antes tuvieron rentas muy bajas, y ahora son países de los llamados renta media. Es decir, han crecido. Pero el 70% de los pobres del mundo están en esos países. Por tanto, no cualquier desarrollo sirve. Debe concretarse en las personas”.
CESAL acaba de superar un ciclo, 25 años en el corazón del desarrollo, trabajando con y para las personas, y su gran reto es seguir luchando, codo con codo con las personas, en cualquier parte del mundo hasta hacer posible el cumplimiento de su misión:
Promover el desarrollo humano de las personas más desfavorecidas del mundo, partiendo del patrimonio y experiencia de los propios beneficiarios e implicándoles en el trabajo como verdaderos protagonistas de sus vidas.
Más info: www.cesal.org ;