El número de personas en situación de pobreza o exclusión social es uno delos indicadores más fiables del grado de desarrollo social alcanzado por un
país. La erradicación de estos fenómenos constituye uno de los objetivos
prioritarios que nos debemos marcar como sociedad. En Europa, desde
mediados del siglo xx se ha asistido a una reducción del porcentaje de personas
pobres y excluidas, en gran medida gracias a la progresiva extensión
de sistemas de protección social, que ofrecen a los ciudadanos el derecho a
recibir determinadas prestaciones en caso, por ejemplo, de desempleo o
enfermedad.