Uno de cada cuatro adultos sufre problemas relacionados con la salud mental; los prejuicios y la discriminación a veces pueden minar la dignidad de la persona. Para poner fin a este estigma social debemos trabajar conjuntamente, tanto en nuestras comunidades como en nuestros lugares de trabajo.
Una de cada cinco personas presenta una enfermedad mental en el lugar de trabajo. Nuestro enfoque se centra en el fomento del diálogo para que así podamos dar con el mejor método para alcanzar bienestar en el entorno laboral.
El coste anual de los problemas de salud mental asciende a aproximadamente 2,5 billones de dólares y se prevé que aumente hasta los 6 billones en 2030. Las estadísticas muestran que el 80% de las personas con problemas mentales severos están desempleados, mientras que el 70% desea tener un trabajo. Se estima que los trastornos mentales graves causan una pérdida de ingresos alrededor de 193 millones de dólares solamente en Estados Unidos. Para abordar estos problemas es crucial hacer partícipes a las empresas, defensores de los derechos legales, profesionales de la salud mental, familias, usuarios de servicios y demás entidades y personas con el fin de ofrecer un empleo significativo a aquellos que sufren de enfermedades metales.
El objetivo de la Federación Mundial de la Salud Mental (World Fed for Mental Health/ WFMH) es llegar a un consenso global que fomente la salud mental y el bienestar en el lugar de trabajo para facilitar la asistencia a aquellos que sufren problemas mentales, tanto dentro como fuera del trabajo, con un entorno que potencie prácticas beneficiosas para la salud mental.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) inspeccionó los estudios más actuales sobre estrés en el lugar de trabajo a nivel mundial, y se halló que el estrés relacionado con el trabajo supone un coste millonario para la sociedad. La situación actual, en la que las comunicaciones instantáneas han acelerado el ritmo de trabajo, es difícil encontrar la línea divisoria entra la vida personal y laboral. Se potencia la ansiedad, la preocupación y el estrés. También recortes, subcontratación, trabajo preclaro, despidos masivos, desempleo, pobreza y un largo etcétera.
Pero hay medidas que se pueden tomar en cuenta para reducir los daños que supone el estrés en nuestra sociedad y en nuestros negocios. Por ejemplo, la inclusión. El aumento de participación en la toma de decisiones está asociado con una mayor satisfacción. La concesión de autonomía en el desempeño de las tareas tiene un resultado beneficioso para la salud mental y la productividad de los trabajadores.