Carlos Arango es un joven periodista que, tras un breve periodo en
varios medios de comunicación, pronto recaló en la Comunicación Interna.
Actualmente, es gerente en el departamento de Recursos Humanos de Ernst & Young
donde ha visto nacer el proyecto de Responsabilidad Social Empresarial
(RSE) de la firma. Con él ha ido creciendo como profesional y se siente
“muy afortunado” de seguir participando en su desarrollo “por el buen
fondo y objetivo del proyecto”.
¿Cuándo comienza la acción social en Ernst & Young?
Ernst & Young ha sido siempre una empresa responsable en muchos
ámbitos como la calidad, las relaciones con los clientes, con sus
profesionales… Es decir, temas que nos hacen responsable como empresa.
Pero hace cuatro ejercicios se decidió poner más esfuerzo en la acción
social. Empezamos con el ánimo de ir poco a poco, pero dando pasos
firmes. No hemos querido ponernos enormes objetivos por delante y a
corto plazo, sino que hemos intentado crecer un poco más cada año en
este aspecto y de forma sostenible.
¿Cuáles son las principales características de la RSE de tu empresa?
Ernst & Young trata de que sea un esfuerzo conjunto de la empresa y
sus empleados. La empresa pone a disposición de la acción social la
financiación, facilita horas de voluntariado y de servicios pro bono
para realizar multitud de proyectos, aporta ideas, estructura logística,
etc. Sin embargo, los empleados también, en primera persona, colaboran
participando en acciones de voluntariado con su esfuerzo, también con
sus ideas y propuestas o con contactos que facilitan. Ésta es una de las
principales características.
Otra, que siempre buscamos, es realizar proyectos sostenibles en el
tiempo. Es decir, que las relaciones que emprendamos con fundaciones,
entidades sociales u organizaciones sean duraderas y de mutua
confianza.
¿A quién va dirigida vuestra acción social?
Los colectivos a los que ayudamos son muy variados: personas mayores,
niños, jóvenes, personas en riesgo de exclusión social, personas con
discapacidad… Cubrimos un amplio espectro. Lo que nos diferencia es la
temática, ya que tenemos una estrategia más definida en línea con la RSE
de Ernst & Young a nivel internacional. En este sentido, prestamos
especial atención, aparte de al medio ambiente, a temas de educación y
de emprendedores. Desde estas dos perspectivas, los proyectos pueden ser
muy variados.
¿Cuál es el proyecto que destacarías en 2011?
Fundamentalmente, dos. Por un lado, nuestros servicios pro bono (a
través de los que prestamos nuestros servicios profesionales de forma
desinteresada). Este año calculamos que llegaremos a las 2.500 horas
gratis de nuestro trabajo desde los diferentes departamentos de la
compañía: auditoría, consultoría o despacho de abogados. Este proyecto
recibe nuestro mayor esfuerzo porque lo que mejor sabe hacer Ernst &
Young y por lo que se ha definido en sus más de cien años de historia
es ofrecer este tipo de servicios. Con ellos podemos aportar un gran
valor a la sociedad ayudando a entidades que no se lo podrían permitir
de otra forma. Les aportamos transparencia, profesionalidad y un ahorro
de dinero que pueden destinar a proyectos propios.
El segundo proyecto que destacaría es el concurso interno de proyectos
sociales “Javier Pancorbo” (del que acabamos de celebrar su cuarta
edición). Javier Pancorbo fue un socio de la firma que falleció hace
unos años, muy querido por todos nuestros empleados y que se
caracterizaba por tener un especial interés en estos temas. El concurso
es anual, es un homenaje a su persona y en él los empleados que quieren
pueden hacer una propuesta de proyecto social, normalmente apoyados en
una ONG o fundación. Se dan dos galardones, uno para la categoría de
proyectos que se desarrollan en el extranjero y otro nacional.
¿Quiénes fueron los ganadores de la pasada edición?
El año pasado ganó un proyecto educativo que se desarrolla en Adís Abeba, la capital de Etiopía, a través de la “Asociación Cielo 133”.
Gracias al dinero del premio se ha construido un comedor en una
escuela. En la categoría nacional, aquí en el barrio de San Fermín de
Madrid, a través del colectivo “Alucinos”,
ganó un proyecto llamado “Aula abierta” por el que se ha creado un
espacio para que los niños y adolescentes tengan un apoyo educativo por
el gran abandono escolar que existe en esta zona, además del paro y la
drogadicción. En ese espacio, los jóvenes encuentran, además de apoyo,
una alternativa de ocio respecto a lo que pueden encontrar en la calle.
¿Qué grado de implicación tiene la dirección de Ernst & Young con la RSE?
Está implicada de verdad. Los máximos directivos de Ernst & Young
y, sobre todo, el presidente, José Miguel Andrés, están directamente
involucrados en los proyectos. Sin su apoyo es imposible desarrollarlos.
El presidente participa activamente, no sólo está al tanto en la
gestión de un determinado proyecto sino que, por ejemplo, en el premio
“Javier Pancorbo” es miembro del jurado y me consta que se lee todos y
cada uno de los proyectos.
¿Es bueno que la sociedad conozca la acción social de una empresa?
Sí porque muchas veces la sociedad ve a las empresas como entes fríos,
sólo orientados a cifras y dinero. Pero las compañías están compuestas
por personas que tienen interés en la sociedad que les rodea y,
especialmente, en los más necesitados. Además, las empresas tiene la
posibilidad de realizar un gran esfuerzo y ayudar en este sentido. Las
compañías, aparte de con la RSE, ya colaboran con la sociedad en su día a
día, la aportan empleo, desarrollo a través de sus servicios… Respecto a
los más necesitados, el capital económico y humano de las empresas es
importantísimo para desarrollar proyectos.
¿Por qué es importante que Ernst & Young participe en el Proyecto SERES? ¿Qué aportáis vosotros a la fundación?
La verdad es que la Fundación SERES
nos presta un gran apoyo. Primero porque tiene un amplio conocimiento
del tercer sector, de las organizaciones que lo componen, de sus
necesidades, de los proyectos en los que están trabajando con los más
necesitados, con la sociedad en su conjunto. Y segundo, SERES es un
punto de encuentro que tenemos las empresas para colaborar
conjuntamente. Nuestros esfuerzos individuales son importantes, pero se
están plantando las bases para que podamos, todos unidos, desarrollar
proyectos en este sentido. Es bueno saber qué están haciendo otras
empresas, cuáles son sus buenas experiencias, cuáles son las áreas de
mejora que se han encontrado para aprender entre todos y desarrollar un
mejor servicio. Y, por nuestra parte, aportamos al proyecto SERES
nuestra experiencia en acción social y, como empresa, en los servicios
que ofrecemos.