Big Data para sociedades más sostenibles
¿Qué entendemos por Big Data?
El Big Data engloba muchos conceptos interrelacionados, pero si hubiera que establecer una definición diríamos que el Big Data es la huella digital que la sociedad genera a través de sus usos cotidianos gracias a su progresiva tecnologización. Esta definición otorga más importancia al origen del Big Data por encima de aspectos tecnológicos o sus beneficios cuantitativos, lo cual es importante para poder entender su dimensión social. Hablar de Big Data implica, por supuesto, una mayor dimensión de datos y nuevas tecnologías para manejar tal magnitud de información. Además, implica el florecimiento de nuevos perfiles profesionales en tecnologías, análisis de los datos y diseño de soluciones y productores innovadores. Esta definición se centra en el valor social del dato como la clave del Big Data, y por el cual se vuelven importantes todos los otros aspectos.
Los datos se vuelven más valiosos cuanto más ampliamos su contexto o dominio. El valor del Big Data no nace de la importancia de datos personales individuales, si no de los datos generados por personas dentro de una sociedad y en constante interacción entre ellos. Este grado de interconexión, que es posible y a su vez queda reflejado gracias a la tecnologización de las sociedades, es lo que consideramos que convierte al Big Data en uno de los grandes recursos del futuro y ya del presente.
¿Qué retos encierra el Big Data?
Actualmente, el uso del Big Data está bajo constante experimentación y evolución. Gran parte de los retos a considerar dependen de los objetivos y aplicación del Big Data. En países en desarrollo, con bajo nivel de penetración de TICs, los retos pasan por la adquisición de datos y la estandarización de los mismos para poder ser analizados. Es decir, en países en desarrollo es necesario incrementar la densidad de los datos. En esta situación, compañías del sector de las TICs han estado abiertas a distribuir sus datos, bajo cuidadosos procesos respetando la privacidad de los clientes, para explorar el posible impacto del Big Data en países de desarrollo. Sin embargo, la falta de Open Data y Open Standards dificulta mucho tener información de validación y comparación. Las iniciativas Big Data para el Desarrollo han crecido notablemente mediante acuerdos de colaboración y alianzas entre muchas instituciones y empresas, haciendo posible recolectar los datos y alinear a los actores para diseñar indicadores útiles para monitorización y gestión de decisiones.
En países desarrollados tecnológicamente, la problemática es bien distinta: la gran cantidad de datos dificulta discriminar relaciones concretas dentro de un ecosistema tan masivo de datos. En este sentido, la investigación socio-económica a través de Big Data no puede ser simplemente analítica, sino que necesita de un profundo entendimiento del contexto socio-cultural y económico-mercantil para poder guiar, a través de hipótesis y modelos, los estudios con Big Data. La otra gran barrera es la propiedad y privacidad de los datos. Por un lado las empresas propietarias de los datos, conscientes de su valor como activo, en pocas ocasiones contemplan abrir y compartir datos. Por otro, la gran sensibilidad de la gente sobre la privacidad añade grandes dificultades organizativas, normativas y tecnológicas a la compartición de datos, ya que estos han de pasar por complejos procesos de anonimización acorde con la legislación y los contratos entre los proveedores de servicios y sus clientes.
Por ello, y pese a la alta densidad de datos, éstos se muestran muy poco específicos, lo cual lleva a desconfiar sobre si el Big Data tiene más ruido que información valiosa. En consecuencia, el Big Data en numerosas ocasiones queda limitado a un análisis de inteligencia de negocio con datos masivos pero en un dominio acotado o a experimentos de investigación con datos variados pero que no adquieren impacto real.
Cómo el Big Data puede llevar a la innovación social
Creemos que una perspectiva del Big Data inspirada en la Agenda Post-2015, puede no sólo abrir la dimensión social del Big Data, sino darle también su mayor potencial innovador. La sociedad, compuesta de usuarios (cada vez más) tecnológicos productores de datos, es el comienzo de la cadena de valor. Por tanto, es posible incrementar el impacto teniendo en cuenta a la misma sociedad en los procesos de innovación como la fuente del Big Data: tanto de manera pasiva (diseñando sensores sociales TIC) como de manera activa (democratizando la generación y uso del Big Data).
Pero más allá, dentro del enfoque de la agenda de sostenibilidad, la innovación mediante Big Data también está dirigida a la sociedad. Por ejemplo, a través de estas aproximaciones:
- Transparencia y representatividad: Los mecanismos de monitorización y decisión basados en Big Data tienen el potencial de considerar de manera transparente y cuantitativa a una muestra mayor de la población.
- Distribuyendo la capacidad de decisión: Gracias a las TICs y el análisis de datos, también es posible mejorar los sistemas de organización y decisiones más locales.
- Estrategias de negocio con la sociedad: Tomar el pulso a las sociedades a través de Big Data permite adaptarse a las necesidades y demandas de la sociedad cada vez más a tiempo real, además de mejorar los sistemas de predicción y prevención.
Gracias a estos paradigmas, sería posible crear redes de colaboración y producción entre diferentes actores "Público-Privados-Personas" a través de alianzas multiactor que creen interconexiones fuertes y no puramente contractuales. De este modo, podríamos esperar una transformación profunda en diferentes mecanismos sociales que progresivamente pudiera aumentar la sostenibilidad y resiliencia tanto de sociedades desarrolladas como en desarrollo. Interpretamos que este proceso de transformación ya se está dando de diferentes formas, por ejemplo, en forma de nuevas comunidades virtuales o modelos alternativos de negocio basados en economía colaborativa y TICs.
En conclusión
El Big Data es una oportunidad para la innovación social y la transformación de la sociedad hacia la sostenibilidad. La clave será, más allá de los avances tecnológicos, una compleja revolución en la que habrá una convivencia entre formas de innovación basadas en los sistemas actuales con formas de innovación que den lugar a nuevos sistemas. En este proceso, la propia sociedad está llamada a ser un actor cada vez más importante y para ello será necesaria su toma de conciencia y su alfabetización como sociedad digital. Todo este proceso, sin duda, supondrá también un reto organizativo y estratégico para instituciones y empresas de cada sector.