En Randstad, la diversidad es uno de los pilares fundamentales de nuestra estrategia y cultura empresarial. Creemos firmemente que un entorno diverso e inclusivo fomenta la innovación, el compromiso y el crecimiento tanto para las personas como para las organizaciones.
Este enfoque abarca múltiples dimensiones: género, generaciones, orientación sexual y diferentes capacidades. Dentro de este marco, la discapacidad ocupa un lugar destacado, y cada año reafirmamos nuestro compromiso con este colectivo a través de iniciativas que generan un impacto positivo en la sociedad.
Uno de los momentos más esperados por nuestros empleados es el voluntariado anual con personas con discapacidad, una jornada que organizamos con el apoyo de nuestra Fundación Randstad. Este evento combina deporte, inclusión y solidaridad, y se ha convertido en una experiencia enriquecedora tanto para los participantes como para quienes la organizamos.
Un día para compartir y aprender
Cada año, un grupo de empleados de Randstad se reúne para participar en actividades deportivas adaptadas junto a personas con discapacidad. Esta jornada es mucho más que un evento deportivo; es una oportunidad para construir puentes, derribar prejuicios y entender la discapacidad desde una perspectiva cercana y humana.
Durante el día, organizamos diferentes deportes adaptados, desde fútbol y baloncesto hasta pruebas de atletismo. Estas actividades están diseñadas para que todos los participantes puedan disfrutar y demostrar sus habilidades, independientemente de sus capacidades físicas o cognitivas. Pero, más allá del deporte, lo que realmente se pone en juego son los valores: la colaboración, la empatía, la inclusión y el esfuerzo compartido.
El deporte como herramienta de inclusión
El deporte es un lenguaje universal que trasciende las diferencias. Es un espacio donde lo que importa no son las limitaciones, sino las ganas de participar, aprender y disfrutar. Para las personas con discapacidad, este tipo de actividades no solo representan un momento de ocio o ejercicio físico, sino una oportunidad para integrarse, relacionarse y ganar confianza.
Para nuestros empleados, el impacto es igualmente transformador. Durante esta jornada, muchos descubren una realidad que les resulta ajena, conectan con historias de superación y reflexionan sobre el valor de la diversidad. Estas experiencias personales suelen tener un impacto duradero, que trasciende el evento y se refleja en su día a día, tanto dentro como fuera del trabajo.
Un compromiso que nos define
En Randstad, este voluntariado anual es mucho más que una actividad puntual. Es una expresión concreta de nuestro compromiso con la inclusión y la igualdad de oportunidades. A lo largo del año, trabajamos activamente para fomentar la empleabilidad de personas con discapacidad y sensibilizar a empresas y sociedad sobre su valor. Pero este día nos permite ir un paso más allá: conectar directamente con las personas, entender sus retos y celebrar sus logros.
Además, este tipo de iniciativas refuerzan el compromiso de nuestros equipos con los valores de Randstad. Saber que formamos parte de una organización que apuesta por la diversidad de manera tan tangible nos hace sentir orgullosos y nos motiva a seguir impulsando el cambio.
Un mensaje para el futuro
En Randstad, creemos que iniciativas como esta son esenciales para construir una sociedad más inclusiva y justa. Cada pequeño gesto, cada jornada compartida y cada esfuerzo conjunto suma a un cambio mayor.
Nuestro objetivo es que, a través de estas actividades, podamos inspirar a más empresas y personas a involucrarse en acciones que promuevan la diversidad y la inclusión. Porque, al final, lo que realmente importa no es solo lo que hacemos como compañía, sino cómo podemos contribuir a un mundo en el que todos tengan la oportunidad de alcanzar su máximo potencial.