Hace cerca de un año, el pasado 11 de noviembre, nacía en las páginas de EL MUNDO ‘Once vidas’, un proyecto destinado a abordar con profundidad y sensibilidad una realidad históricamente silenciada: el suicidio.
Desde entonces cada 11 de cada mes, en recuerdo de las 11 personas que se quitan la vida diariamente en España, este periódico publica un reportaje desde diversas perspectivas sobre este grave problema de salud pública para contribuir en la prevención de unas muertes que aumentan cada año y que provocan un impacto desolador en la sociedad.
Esta serie informativa, realizada por los periodistas Santiago Saiz, Rebeca Yanke, Rafael J. Álvarez y Yaiza Perera, surge del firme convencimiento de la necesidad visibilizar con máximo respeto y rigor la realidad del suicidio e informar, formar y concienciar para sumar fuerzas contra el dolor.
El periodismo como factor de difusión de impacto social en clave de protección y con el fin de salvar vidas es la base sobre la que se sustenta el proyecto ’Once Vidas’ de EL MUNDO. Los reportajes tratan de poner luz en una realidad relegada a la oscuridad por el miedo, el tabú y los mitos. Desmontarlos y concienciar a la población de su magnitud es un paso indispensable para combatirlo. Lejos de ser exclusivamente un problema vinculado con la salud mental, el suicidio es un fenómeno multicausal en el que se entremezclan variables de tipo social, biológico y cultural.
‘Once Vidas’ persigue ofrecer a los ciudadanos una visión integral de este grave problema de salud pública que les ayude a comprender los principales factores de riesgo y problemáticas sociales que esconde como puede ser la violencia, el acoso escolar, la soledad, los trastornos mentales, el consumo de drogas; a conocer y detectar las posibles señales de alerta, los colectivos vulnerables a los que hay que prestar especial atención como son los adolescentes y ancianos e informar de las medidas y actuales planes de prevención y de las carencias que aún existen en el sistema de protección a nivel estatal.
Uno de los objetivos prioritarios en ‘Once Vidas’ es dar a conocer a quienes sufren y a su entorno los recursos de ayuda y de autoprotección a su alcance y la red de apoyo profesional que existe en la actualidad
Dar el paso de expresar esos pensamientos de desesperanza es crucial para poder recibir esa atención especializada, salir de la visión de túnel y hallar alternativas a la muerte. El suicidio es prevenible en la inmensa mayoría de los casos. Por ello, uno de los objetivos prioritarios en ‘Once Vidas’ es dar a conocer a quienes sufren y a su entorno los recursos de ayuda y de autoprotección a su alcance y la red de apoyo profesional que existe en la actualidad. También lo es ofrecer al entorno de una persona con ideación suicida pautas para saber entender, escuchar sin juicios y acompañarle para encontrar una salida a esa situación de crisis con ayuda especializada. La entrega del pasado 10 de septiembre, Día Mundial de la Prevención del suicidio, quiso precisamente ofrecer ese mensaje. Diversos profesionales que trabajan en este ámbito unieron sus voces a las de supervivientes (familiares que han perdido a un ser querido por suicidio) y sobrevivientes (personas que han superado la ideación suicida) para ‘abrazar’ y sostener a alguien que esté atravesando un intenso sufrimiento y decirle que “no está solo”.
En ese camino hacia la esperanza, cobran vital importancia, y así se recoge en este proyecto, tanto el testimonio de las personas que han superado experiencias similares de dolor y con el que se puedan sentir identificados para encontrar su propio anclaje a la vida, como el de los que han sufrido en su entorno esa dura pérdida y que resurgen de su sufrimiento cada día para que otros no lo atraviesen poniendo rostro y palabras a la devastación que supone un fallecimiento en esas circunstancias y tendiendo la mano a quienes transitan ese doloroso duelo.
Durante estos 11 meses, EL MUNDO ha ofrecido una rigurosa radiografía de la situación actual, con datos y gráficos que representan la enorme magnitud de la realidad del suicidio en España, se ha abordado la intervención de los equipos de emergencia ante una situación de riesgo de una persona con ideación suicida, el impacto de estos pensamientos en colectivos profesionales como el de los sanitarios, que soportan aún el peso del estigma y se puso el foco en dos aspectos en el ámbito de la prevención que podrían ayudar a reducir la muertes pero por los que España aún no ha apostado: el Plan Nacional de Prevención de Suicidio, demandado por los expertos durante años; y la autopsia psicológica, una herramienta que apenas se utiliza y es clave no solo para entender las causas del sufrimiento de una persona muerta por suicidio sino para prevenir otras muertes.
Este camino de prevención, que se ha visto reconocido por el Colegio Oficial de Psicología de Madrid como Mejor Labor de Divulgación, proseguirá en los próximos meses en EL MUNDO bajo el firme propósito de contribuir a un trabajo colectivo que ayude a reducir las 11 vidas que perdemos cada día en España.