La OMS asegura que en el mundo habrá más personas mayores de 65 años que niños de 5 años
Hace unas semanas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) hacía públicos unos datos impactantes, anunciaba que, en tan sólo cinco años, habrá en el mundo más personas mayores de 65 años que niños de 5 años. Esta trayectoria hará que entre 2000 y 2050, la población mundial de más de 60 años se duplique y que el número de personas mayores de 60 años pase de 605 millones a dos mil millones en el planeta.
Detrás de estos datos, se encuentra una evidencia incuestionable: el imparable alargamiento que ha experimentado la esperanza de vida en el último siglo gracias a los extraordinarios avances científicos y médicos conseguidos y a la mejora en la alimentación, la higiene y los hábitos de vida.
Esta realidad, debe abordarse desde dos perspectivas, personal e institucional. Desde el punto de vista personal, cada individuo debe asumir la responsabilidad particular que representa vivir más años, o dicho de otra forma: tenemos que aprender a envejecer. Sé que esta afirmación puede chirriar en una sociedad que ha divinizado la juventud como un valor en sí misma y ha emprendido una absurda carrera contra el tiempo en la que tiene todas las de perder.
Cuanto mejor preparados estemos para vivir más años, menor será el coste para la sociedad
Es fundamental que asumamos que vamos a vivir más años y que cuanto más y mejor nos preparemos para ello, menos coste representará para la sociedad, para nuestras familias y para nosotros mismos.
El año pasado, la Fundación Caser para la Dependencia puso en marcha su primer ciclo de conferencias encaminadas promover la sensibilización social en esta materia. En una de ellas se abordó, precisamente, este tema, la importancia de aprender a envejecer. En aquella ocasión, tuvimos el privilegio de contar con el doctor Luis Rojas Marcos para que disertara sobre esta cuestión. El prestigioso psiquiatra afirmaba que:
Nuestra sociedad devalúa el proceso natural de envejecimiento y glorifica la juventud. Esta postura no sólo es un veneno de la buena convivencia sino que alimenta la obsesión de incontables hombres y mujeres con mantener una apariencia joven. El problema es que la búsqueda compulsiva e inútil de la eterna juventud fomenta un estado de continua frustración.
La búsqueda compulsiva e inútil de la eterna juventud fomenta un estado de continua frustración
Al tiempo, Rojas daba unas útiles recetas para abordar este proceso con éxito. Citaba (aparte de aquellas de sentido común que afectan a la parte física tales como una buena alimentación, la práctica de ejercicio, la medicina preventiva, etc), otras como fomentar la pertenencia al grupo social y familiar, buscar relaciones afectivas gratificantes, mantenerse bien informado, estar comunicado, practicar el optimismo, el pensamiento positivo, el sentido del humor, disfrutar de los pequeños placeres de la vida y potenciar la espiritualidad y la solidaridad.
Cada uno de nosotros debe ser el responsable de su propio envejecimiento
En definitiva, cada uno de nosotros debe ser, en la medida de lo posible y en lo que dependa de él, responsable de su propio envejecimiento. Esto a nivel individual, pero también hay una responsabilidad que trasciende a la persona y que afecta a la sociedad y a sus instituciones, entendidas en sentido amplio, es decir, públicas y privadas.
Dejando al margen lo que debe hacer el Estado, que daría para otro artículo entero, me centraré en lo que podemos hacer desde el sector empresarial, que es mucho. Y es que, el sector de la Tercera Edad demanda unos servicios específicos, que han de cubrirse con la calidad y la profesionalidad necesarias, siendo un magnífico generador de crecimiento económico y de empleo.
Es, además, un ámbito donde el sector asegurador tiene un amplio campo de actuación tanto desde la perspectiva de la previsión-productos destinados a ahorrar y tener los recursos necesarios para esta etapa de la vida, como de la prestación de servicios.
Hemos creado Caser Residencial, un modelo innovador de 14 residencias que se centra en la persona
jubilación o las situaciones de dependencia (planes y fondos de pensiones, seguro de dependencia…), decidimos extrapolar nuestra experiencia de varias décadas como aseguradora a un sector de claro futuro. El resultado fue la creación de Caser Residencial, una división que cuenta ya con 14 residencias en toda España, con un modelo innovador, que pone a la persona y sus particulares circunstancias en el centro, dándole un tratamiento personalizado.
Asimismo, en 2009 creamos la Fundación Caser para la Dependencia, un gran centro multidisciplinar de estudio, reflexión y concienciación social sobre las necesidades de las personas dependientes y sus familiares. En estos años, hemos promovido numerosas iniciativas, aportado ideas y colaborado con entidades públicas y privadas con el objetivo de sensibilizar a la población, y sobre todo aportar soluciones que mejoren la calidad de vida de quienes se encuentran en esta situación.
El envejecimiento puede ser una etapa plena, gratificante y enriquecedora
Es hora pues de que el envejecimiento deje de verse con temor y aprensión, y comience a percibirse como una etapa de la vida que puede ser tan plena, gratificante y enriquecedora, como cualquier otra. Una etapa cuyos retos hemos de empezar a asumir a nivel individual y colectivo.