La última edición del Informe del impacto social de las empresas analiza los datos en materia de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) de 77 compañías que forman parte de la Fundación SERES. Estas empresas han participado en el estudio aportando los resultados logrados a través de su actividad de RSC. Gracias a esa aportación y a la de todas las empresas que han participado en las ediciones anteriores -esta es ya la quinta edición de este informe-, ha sido posible ir analizando año tras año el impacto social de la RSC y hoy podemos empezar a dibujar una evolución de la contribución de las empresas a la RSC en España.
Para llevar a cabo el análisis del impacto social de las empresas a través de su aportación a la RSC, se aplicó la metodología desarrollada por Deloitte Global Impact Model. Esta herramienta de evaluación del impacto de las organizaciones permite visibilizar la aportación de valor a la sociedad de una manera rigurosa, estructurada y con un discurso fácilmente comunicable. El resultado es un modelo de contribución socioeconómica que, entre otras cosas, facilita la tarea de evaluar la concordancia entre los objetivos de la RSC y los resultados asociados a la actividad de las empresas. Esta metodología gira en torno a cinco parámetros –los cinco capitales- e integra 16 ejes de contribución y 138 indicadores.
Si hacemos un repaso de la evolución de los ámbitos de contribución que aparecen en el informe -el capital persona, organizacional, relacional, económico y social-, y comparamos los resultados del primer informe con los de esta última edición, podemos hacernos una idea de cómo hemos ido cambiando en estos cinco años e identificar las tendencias en RSC en nuestro país.
El número de beneficiarios por directos por empresa se ha duplicado en cinco años
Capital Persona: la persona en el centro de la RSC
Cuando la valoración de las actuaciones de RSC se centra en el impacto en la persona como beneficiario directo de las iniciativas hablamos de Capital Persona. Durante los cinco años que se ha llevado a cabo el estudio las personas han sido, directa e indirectamente, el principal destinatario de las actuaciones de RSC de las compañías participantes en el estudio. Entre la primera y la última edición del informe el número de beneficiarios directos ha aumentado significativamente, pasando de casi 7 millones en 2014 (137.903 beneficiarios de media por empresa) a 24 millones en 2018 (311.688 beneficiarios de media por empresa). De media, el número de beneficiarios por directos por empresa se ha duplicado en cinco años.
Si atendemos a los beneficiarios directos de los proyectos por colectivo, año tras año, el de “infancia y juventud” ha sido el principal receptor de estas iniciativas. En todas las ediciones del informe, 3 de cada 10 beneficiarios de las actuaciones de RSC pertenecían a este colectivo.
Capital Organizacional: la RSC como motor de cambio de las organizaciones
El capital que mide la transformación que se está produciendo en las empresas desde el punto de vista de sus prioridades, sus valores y su liderazgo en la asunción de la RSC es el Organizacional. Quizás sea este, al medir el compromiso que las empresas están asumiendo, uno de los ángulos más interesantes desde los que evaluar el impacto de las políticas y actuaciones de RSC.
La evolución de algunos de los indicadores que forman parte del Capital Organizacional ilustran bien hasta qué punto la RSC se entiende hoy en día como un aspecto esencial de la estrategia de muchas compañías y una guía fundamental de sus actuaciones. Por ejemplo, el número de empresas que cuentan con un código ético o de conducta no ha dejado de aumentar desde la primera edición. En concreto, en las tres últimas ediciones del informe, 9 de cada 10 empresas participantes contaban con un código de este tipo.
Similar evolución ha seguido el número de empresas que cuentan con un plan para extender las políticas de RSC a su cadena de valor –7 de cada 10 en las últimas ediciones-, el número de empresas que involucran a sus empleados en sus actuaciones de RSC -9 de cada 10 en las últimas ediciones- o el número de empresas que promueven el voluntariado corporativo -8 de cada 10 en las últimas ediciones.
Capital Relacional: una sociedad más cohesionada gracias a la RSC
Los proyectos desarrollados por las empresas participantes en el estudio son capaces de atraer e involucrar a un gran número de agentes de diversos ámbitos y sectores de actividad. Así, estas actuaciones son un motor que impulsa las alianzas estratégicas y genera un entorno socioeconómico más cohesionado. El Capital Relacional permite evaluar esto, al analizar los aspectos ligados a la construcción, desarrollo y fomento de relaciones con múltiples agentes en el marco de las actuaciones de RSC.
El número de colaboraciones con entidades sociales es el principal indicador de este capital y su evolución desde la primera edición del informe es muy significativa. El número de colaboraciones entre las empresas participantes en el estudio y entidades sociales se ha multiplicado por tres, pasando de a 3.800 (76 de media por empresa) en 2014 a 21.080 (274 de media por empresa) en 2017, lo que indica hasta qué punto las actuaciones de RSC aportan valor a las relaciones económicas, sociales e institucionales actuales y contribuyen al desarrollo de nuevos ecosistemas, generando una sociedad más relacionada.
Capital Económico: la riqueza generada por la RSC
La inversión que las empresas hacen en RSC tiene un impacto en el PIB, en el empleo y los retornos fiscales asociados, así como en el acceso a recursos de financiación social. El Capital Económico mide esta generación de riqueza derivada de la RSC.
La inversión en iniciativas con impacto en España ha crecido un 25% desde 2015
En estos años, la inversión realizada en RSC por las empresas participantes en el informe ha ido aumentando. Este incremento de la inversión se ha dado tanto en los proyectos con impacto en España como en los proyectos con impacto a nivel internacional. En concreto, la inversión en iniciativas con impacto en España ha crecido un 25% desde 2015, mientras que la inversión en proyectos de alcance internacional ha aumentado un 82% en el mismo periodo.
Capital Social: el poder transformador de la RSC
El Capital Social, por último, contempla la capacidad de transformación de la sociedad, centrándose en medir la mejora de las condiciones sociales de los colectivos beneficiarios y su reconocimiento social.
El poder transformador de la RSC se debe en gran medida al alcance de las políticas y proyectos definidos. En 2017, las empresas participantes en el estudio han realizado conjuntamente más de 9.023 proyectos, lo que supone un incremento de más del 60% en comparación con la primera edición. Además, el número de empresas que analizan y comunican su contribución no ha dejado de aumentar desde la primera edición del informe. Esta tendencia no puede sino seguir reforzándose tras la entrada en vigor de la nueva Ley de información no financiera.
Demostrar que la puesta en marcha de proyectos de RSC no solo tiene un impacto positivo en la sociedad, sino que además supone una ventaja competitiva para cualquier compañía requiere hacer tangible lo intangible, y esto solo puede hacerse desde la medición. Medir, analizar y evaluar el impacto social de las organizaciones no solo es crucial para hacer visible el retorno de las actuaciones de RSC hacia la empresa y su impacto para la sociedad. Disponer de datos fiables sobre estas acciones y sus resultados suele invitar a la reflexión, nos ayuda a anticiparnos a las tendencias y propicia el desarrollo de mejoras.
En este sentido, herramientas como el Informe del impacto social de las empresas nos permiten hacer un seguimiento del camino recorrido en el reto de la transformación social de las empresas, comprender mejor dónde estamos y lo que está por venir.