‘Smoke and mirrors’ (humo y espejos) es una conocida expresión británica que ha traspasado el mundo de la magia para convertirse en metáfora de esos hechos cotidianos adornados con rimbombancia, pero que se quedan en lo superficial y lo insustancial. A buen seguro, cada uno de nosotros seríamos capaces de enumerar distintos anuncios, promesas y discursos que el papel y la teoría soportan a la perfección, pero adolecen de un sentido práctico y, en definitiva, real.
Cierto es que cada vez más empresas de todo el mundo se relacionan con la sociedad en la que operan, con el último, legítimo y necesario objetivo de obtener un beneficio económico, pero también con el propósito de crear valor común con su propia actividad. Y, aun así, debemos empezar por reconocer que algunas de las empresas que inician el camino de la Responsabilidad Social Empresarial abandonan parte de sus prácticas al encontrarse barreras en el camino.
“La crisis ha provocado que compañías que entendían la RSE como una ‘moda’ hayan, cuando menos, aparcado sus políticas responsables”
De hecho, la crisis económica ha provocado que compañías que entendían la RSE como una ‘moda’ hayan, cuando menos, aparcado sus políticas responsables a la espera de momentos más propicios desde el punto de vista económico. Un grave error que debe conducirnos a una reflexión compartida y serena desde la formulación de una pregunta concreta: ¿Esto sucede por la ausencia de un análisis previo y profundo para apostar por la RSE desde las entrañas de la propia organización empresarial? Seguramente es así, pero también, y esto no debemos perderlo de vista, por la falta de recursos que sean capaces de ofrecer resultados pragmáticos sobre lo establecido.
“Si queremos que la RSE pase de ser un acto voluntario a un medio imprescindible para las empresas debemos identificar claramente los porqués de nuestras acciones y comprender que el diálogo con nuestro entorno nos permite ser mejores”.
La herramienta desarrollada por EADA Business School y Fundación SERES para medir la eficiencia de los programas de Responsabilidad Social Empresarial, y que se ha materializado en el estudio ‘El impacto social de los programas RSE: ¿Qué es y cómo medirlo?’, marca el camino a seguir. Si queremos que la RSE pase de ser un acto voluntario a un medio imprescindible para las empresas debemos pasar de las musas al teatro, identificar claramente los porqués de nuestras acciones y comprender que el diálogo con nuestro entorno nos permite ser mejores cada día.
“La herramienta para medir la eficiencia de los programas de RSE, desarrollada por EADA y Fundación SERES, marca el camino a seguir”
En Grupo Norte nos sentimos orgullosos de las políticas sostenibles, y alejadas de las modas, que desarrollamos en el ámbito de la Responsabilidad Social y especialmente de la influencia que la RSE ha tenido en la política de Recursos Humanos.
La aplicación de programas vinculados a la selección, contratación y formación de empleados en colectivos específicos y frecuentemente marginados nos permite poner cara, nombres y apellidos a la contribución social que ello supone.
“En Grupo Norte nos sentimos orgullosos de las políticas sostenibles, alejadas de las modas, que desarrollamos”
Además, seguimos impulsando entre los trabajadores, y dentro de lo que denominamos el “Plan Vida”, programas de flexibilidad horaria, formación y ayudas a hijos en guarderías, entre otros. Estos dos grupos de interés, Personas y Sociedad, junto con los Clientes y Accionistas, constituyen, sin humo ni espejos de por medio, los pilares básicos de las políticas de la RSE de Grupo Norte.
Una respuesta a “Grupo Norte, Isabel Cid: “Nos sentimos orgullosos de las políticas sostenibles y alejadas de las modas””