El grado de sostenibilidad de una empresa se mide por la capacidad de crear valor para sus grupos de interés en el corto, medio y largo plazo, manteniendo un equilibrio entre los impactos económicos, sociales y medioambientales.
Las compañías deben ser capaces de mantener resultados positivos a través del crecimiento de la acción y el dividendo, la generación de empleo, la reducción de emisiones de CO2, etc.
“El grado de sostenibilidad de una empresa se mide por la capacidad de crear valor para sus grupos de interés“
En Enagás, la sostenibilidad es uno de los cuatro drivers estratégicos de la ‘Actualización estratégica 2013-2015‘. Es decir, creemos en la sostenibilidad como una herramienta que permite profundizar en la cultura de mejora continua e innovación y que permite incrementar el valor de la compañía. En esta línea, la metodología rsc2 nos permite evaluar el impacto de las iniciativas de mejora que incluimos en un nuestro ‘Plan de gestión sostenible‘, identificando las fuentes de creación de valor para la empresa y para todos los grupos de interés que se relacionan con la misma.
“La metodología rsc2 nos permite evaluar el impacto de las iniciativas de mejora”
La metodología rsc2 permite objetivar los intangibles y monetizar los impactos identificados a través de las tres palancas de valor: crecimiento, retorno del capital y gestión del riesgo.
“La metodología rsc2 permite objetivar los intangibles y monetizar los impactos identificados a través de las tres palancas de valor: crecimiento, retorno del capital y gestión del riesgo”
Iniciativas como el programa de emprendimiento corporativo, las medidas para la mejora de la eficiencia energética y reducción de emisiones o los programas de igualdad de oportunidades, permiten incrementar el retorno del capital para la compañía y reducir sus riesgos.
“La metodología rsc2 facilita la asignación de los recursos de la compañía a aquellas iniciativas en las que se prevea obtener un mayor impacto global”
Pero, además, tiene impacto social porque permiten generar empleo, mejorar la calidad del aire, luchar contra el cambio climático o impulsar el desarrollo profesional de las mujeres. La metodología rsc2 permite medir todos estos impactos, y por tanto, facilita la priorización de iniciativas, facilitando la asignación de los recursos de la compañía a aquellas en las que se prevea obtener un mayor impacto global.