Avanzar hacia los objetivos de igualdad de género requiere un cambio cultural profundo dentro de las empresas. Equilibrar la composición de la plantilla no solo las beneficia a ellas, es una apuesta estratégica que contribuye a un ambiente de trabajo más creativo, innovador y productivo.
El Global Gender Gap Report 2023 del Foro Económico Mundial, que evalúa la paridad de género en 146 países, ha determinado que, al ritmo actual, aún quedan 131 años para lograr la paridad de género, lo que equivale aproximadamente a 4 o 5 generaciones. Además, existe una brecha de género a nivel vertical, ya que la situación se agudiza a medida que ascendemos en la jerarquía corporativa.
Solo 6 de cada 100 CEO en España son mujeres y solo el 33% son consejeras, según el informe Women in Matter 2023 elaborado por McKinsey&Company. El denominado “techo de cristal” persiste y cuanta mayor responsabilidad y liderazgo, menor representación femenina. Se necesitan, por tanto, mecanismos de promoción profesional con perspectiva de género para que más mujeres opten a puestos de toma de decisiones.
La igualdad de género es un asunto presente en la agenda de las compañías, pero es necesario acelerar el progreso. Avanzar hacia los objetivos de igualdad de género requiere un cambio cultural profundo dentro de las empresas. Deben explorar nuevos modelos organizativos que coloquen la inclusión en el centro y derriben las barreras que históricamente han limitado las oportunidades para las mujeres. Equilibrar la composición de la plantilla no solo las beneficia a ellas, es una apuesta estratégica que contribuye a un ambiente de trabajo más creativo, innovador y productivo y una oportunidad para afrontar los retos futuros de manera innovadora y evitar la reproducción de brechas.
La Fundación SERES acompaña a las empresas en la integración de la DE&I (Diversidad, Equidad e Inclusión) como palanca de transformación en su LabS Diversidad e Inclusión. Grupos de trabajo en los que las compañías acceden en exclusiva a las últimas tendencias en materia social y mejores prácticas empresariales y donde crean soluciones individuales y colectivas para los retos sociales más urgentes, como la brecha de género.
En el Día Internacional de la Mujer, desde Fundación SERES queremos mostrar historias individuales de cuatro mujeres que han alcanzado el éxito en sus respectivos campos. Ejemplos inspiradores nos recuerdan la importancia de reconocer el papel crucial que las mujeres desempeñan en todos los aspectos de la sociedad y nos inspiran a seguir trabajando para lograr empresas y sociedades más diversas, inclusivas y equitativas.
Raquel Flórez, socia People & Reward en Freshfields Bruckhaus Deringer
He tenido la suerte de hacer mi carrera profesional en una firma internacional, de manera que había mucho terreno ya recorrido por otras mujeres fuera de España, y he tenido grandes referentes. Sobre los retos que he tenido que superar, por un lado están nuestros propios sesgos y limitaciones (que tienen mucho que ver con la educación que hemos recibido como mujeres): cuando no intentamos algo porque pensamos que no lo vamos a conseguir, o que nos lo van a negar. En segundo lugar están los estereotipos: que me hayan minusvalorado o no tenido en cuenta por ser mujer. Otras veces el estereotipo es el de protegerte sin preguntar si quieres ser protegida. En último lugar, que para moverte en un mundo que era eminentemente masculino, hay que levantar la mano, lo cual, de nuevo, no se nos enseñaba a las mujeres.
Mi firma ha sido un apoyo. He tenido un montón de mentores formales e informales que me han ayudado a avanzar en mi carrera, así como la existencia de buenas referentes en las que verme reflejada y que me mostraban el camino al que aspirar. En el despacho tenemos varios programas que van desde el sponsorship (que va más allá de la mentoría) hasta la mentoría inversa, las redes de empleadas, y participamos también en varias iniciativas externas, como en mi caso en la asociación Women in a Legal World, que se ha convertido en un referente.
María Luz García de Castro, head of People de Ericsson Iberia
Trabajo en el sector tecnológico en la parte más técnica si cabe: las telecomunicaciones, en el que la representación femenina no llega ni al 25%. Lo preocupante es que el porcentaje de mujeres estudiando carreras técnicas disminuye cada año y por ello la previsión no es buena. Necesitamos más mujeres trabajando en el mundo del futuro que nos viene para que su diseño contemple también nuestras necesidades, tenemos que ser valientes y querer estar porque además las ventajas para las mujeres son múltiples.
Aprovecho para animar a las mujeres a que se interesen por nuestro sector ya que, además de ser apasionante, proporciona condiciones de trabajo muy buenas para las mujeres. En mi caso me considero una persona muy afortunada al haber desarrollado mi carrera profesional en una empresa tecnológica puntera que además siempre ha ido por delante en temas de diversidad e igualdad, y en la que creo que siempre se me ha tratado igual que a mis compañeros. Diría en es este sentido que los retos a los que me he enfrentado como mujer han estado más fuera, en el ámbito social, que en Ericsson. Afortunadamente estamos viendo cambios a la hora de entender aspectos como la corresponsabilidad, y aunque todavía nos queda camino por recorrer, me gusta pensar que esto ya está cambiando.
Creo que cada una de las personas que trabajan en una compañía tienen un papel importante en la igualdad, pero también creo que hay roles que además de ser parte de un compromiso hacia la igualdad tienen una responsabilidad para conseguirla. En mi rol como Head de People asumo que esa es una de mis responsabilidades, la aplico en todo lo que hago y la tengo siempre presente. Creo además que en posiciones como la mía, al igual que cualquier posición de management debemos ser ejemplos y estar especialmente concienciados de que nuestra actitud hacia la igualdad es clave para establecer una cultura inclusiva e igualitaria en nuestras compañías. En concreto, desde Ericsson trabajamos para fomentar las carreras STEM en los institutos, impulsando estas vocaciones en las niñas desde edades tempranas. A nivel profesional, en Ericsson luchamos cada día para ser más diversos procurando que haya mujeres en los procesos de selección y sintiéndonos muy orgullosos de alcanzar ya objetivos por encima de la media de nuestro sector (con una representatividad del 29% de mujeres que sube al 33% en los puestos de management).
Pilar García de la Puebla, directora de Comunicación y Relaciones Institucionales de BMW Group España
Los retos han tenido que ver sobre todo con ser capaz de visualizar que tus capacidades son las adecuadas enfocándote en los resultados, que es lo que de verdad importa, y no en las expectativas y prejuicios sobre esas capacidades, algo que suele acompañar más al profesional si es mujer. En cuanto a la pregunta sobre en qué me he apoyado para seguir avanzando te diría que, antes de nada, en tener una visión clara, eso me ha ayudado a enfocarme y buscar la manera de poder llevarla a cabo prestando atención a las oportunidades más que a los obstáculos. También ha sido muy importante haber confiado mucho en el trabajo en equipo, ya que en el campo de la comunicación corporativa, que es lo que yo hago, las personas son clave.
Tenemos la responsabilidad de jugar un papel activo para que los equipos crezcan y se enriquezcan con la diversidad. Esto multiplica el resultado, además de enriquecer en el camino a las personas que integran a los equipos. La forma de fortalecer el papel de las mujeres es tener la visión de que la igualdad ayuda a hacer crecer el rendimiento de cualquier proyecto porque se utiliza la suma de todos los talentos de una manera equitativa. Y con esa visión, trabajar en el día a día con todas las bazas que estén a tu alcance para que sea una realidad. Por eso también cuando tuvimos conocimiento de que se estaba creando un cluster empresarial para poner luz sobre los datos que ayudan a entender de manera tangible en qué lugar nos encontramos en España respecto al aprovechamiento del talento femenino para el progreso económico y social, no dudamos en ser miembros fundadores, hace ya 6 años, de ClosinGap. También creemos mucho en la labor de colaboración entre empresas para construir una realidad social mejor, como hace Fundación SERES. Sabemos que aún queda por hacer y la única forma de avanzar es con hechos y datos, más allá de las palabras o los eventos. Se trata por supuesto de un trabajo de todos: hombres y mujeres.
Ana María López de San Román, directora de Ética, Sostenibilidad y Alianzas en ILUNION
El mayor reto ha sido precisamente el de responder a todos los ‘retos’ que han ido apareciendo pero, sobre todo, los que he ido buscando y asumiendo. Tiene que ver más con la inquietud por seguir creciendo, por seguir aprendiendo y aportando, esto supone un alto nivel de exigencia personal, y eso es lo más duro y lo más satisfactorio a la vez. Me apoyo en lo que motiva y en lo que es mi propósito personal y profesional. Creo que todos podemos ser parte de un cambio social positivo y tenemos que aportar en y desde nuestros entornos.
Afortunadamente, en ILUNION no es necesario fortalecer el papel de las mujeres en la empresa. Nuestra apuesta por la diversidad va más allá del género y de cualquier otra categorización. Lo que importa es lo que podemos aportar cada uno de nosotros en el rol que desempeñemos.
La Inteligencia Artificial, ¿una herramienta útil para el desarrollo de las mujeres?
La IA ha cambiado nuestra forma de vivir, trabajar e incluso visionar nuestro futuro, pero ¿puede ser también una herramienta útil para el desarrollo de las mujeres?
Para Ana María López de San Román, directora de Ética, Sostenibilidad y Alianzas en ILUNION, “la IA puede ser una herramienta útil más que para el desarrollo profesional, para facilitar algunas tareas en el entorno laboral. Esto, siempre y cuando esté al servicio de los profesionales y no tenga sesgos relacionados precisamente con el género, o la diversidad o las cuestiones éticas que subyacen”. Por su parte, Pilar García de la Puebla, directora de Comunicación y Relaciones Institucionales de BMW Group España, coincide en que “la IA puede ser una herramienta útil para el desarrollo de las mujeres y de todos en el entorno laboral. Se trata de que complemente y ayude a completar tareas básicas para permitir dejar espacio y dedicar nuestro tiempo a crecer en la innovación, la creatividad y el desarrollo de valores que siguen caracterizando a la inteligencia humana, como la colaboración, la empatía o la ética tan importantes para el liderazgo del siglo XXI y son los que van a hacer que afrontemos con éxito los desafíos que tenemos por delante”.
María Luz García de Castro, head of People de Ericsson Iberia, opina que “como en todo, es importantísimo que las personas que desarrollan y trabajan con la IA sean diversas, también en términos de género. Esta es una oportunidad única para que las mujeres apuesten por su talento y se especialicen en este campo, que, sin duda, puede ser una herramienta muy potente para la inclusión, la diversidad y la igualdad. No debemos olvidarnos de que la IA tiene siempre una aportación humana, por lo que es imprescindible que las personas que trabajan con la IA estén sensibilizadas y tengan formación en diversidad. Solo así podrán evitarse los sesgos en los algoritmos que se desarrollen de IA. En definitiva, trabajar para que entre las personas que ‘se sienten a la mesa’ también haya mujeres y que las soluciones que se desarrollen cubran las necesidades de hombres y mujeres por igual”.
Por último, Raquel Flórez, socia People & Reward en Freshfields Bruckhaus Deringer, añade que “como cualquier herramienta, depende del uso que se haga de ella. El problema, en su caso, no es la IA, si no quien la crea y quien y como la utiliza, porque puede reflejar los mismos sesgos que ya existen en la sociedad. Es fundamental que las mujeres nos involucremos mucho más en la IA precisamente para luchar contra esos sesgos y conseguir que sea más diversa e inclusiva. Y creo que también puede utilizarse para corregir el desequilibrio de información y datos que existen hoy en día, que es desproporcionadamente relativo al hombre (de hecho, al hombre occidental, blanco, heterosexual y de cultura cristiana en sentido amplio)”.