El panel Nuevos Modelos de Negocio de RADARSERES profundizó en el liderazgo responsable y en el papel de las empresas como agentes de cambio.
La primera edición de RADARSERES contó con los directivos de tres grandes empresas españolas en los sectores de la banca, energético y tecnológico que hoy son referentes en integrar la responsabilidad social en su actividad. Carlos Torres Vila, presidente de BBVA; Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol y Emilio Gayo, presidente ejecutivo de Telefónica España plantearon que las corporaciones deben tener un fin social y no un mero interés económico. Para ello se necesita un liderazgo empresarial responsable que abogue por nuevos modelos de negocio y combata los principales problemas de la sociedad actual.
El presidente de BBVA inició su intervención haciendo referencia a que las empresas nunca habían tenido tanta responsabilidad como en el momento actual porque “las decisiones que tomemos hoy van a determinar que el mundo sea un lugar más sostenible”, dijo. Carlos Torres Vila aseguró que la tecnología genera un amplio abanico de oportunidades, pero que las empresas tienen que abordar los retos que nunca antes había tenido la humanidad como son la crisis climática, la ciberseguridad, la privacidad o la desigualdad. “Las compañías movilizan a la sociedad y los bancos con más razón, porque movilizan recursos. El futuro de la banca está en financiar el futuro. Si no lo hacemos, no tendremos negocio con el tiempo”, señaló.
Catalizadores del cambio
Para Carlos Torres Vila los bancos “son catalizadores del cambio porque pueden incentivar comportamientos positivos y desincentivar los negativos”. Por ello, dijo que BBVA adoptó el año pasado el compromiso de movilizar 100.000 millones de euros en desarrollo sostenible social y medioambiental hasta 2025 “iniciativa que está siendo un éxito y que quizá tengamos que revisar el compromiso porque sobrepasaremos la cantidad inicial”, dijo.
Torres Vila recordó a los asistentes la labor realizada por la Fundación Microfinanzas de BBVA desde 2007, organismo que promueve actividad productiva de personas que están en el umbral de la
pobreza en distintos países en América del Sur. “Es la mayor iniciativa filantrópica de América Latina desde hace doce años”, destacó. “Ha movilizado 12.000 millones de crédito productivo a través de microcréditos a personas que están en situación vulnerable y un 30 % de ellas al cabo de dos años han salido del umbral de la pobreza”, manifestó.
La estrategia de BBVA, según su presidente, es que cada uno de sus productos tenga su alternativa sostenible, lo que se conseguirá al 100% el año próximo. “La oportunidad es inmensa”, dijo. Además, BBVA ha sido pionero en la emisión de bonos verdes que según su presidente tienen una demanda enorme de clientes, empleados y accionistas. “Esto es negocio, no solo es lo correcto”, subrayó.
Inversión sostenible
El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz destacó que el auténtico dilema del CEO está en generar valor de forma sostenible, que también repercuta en los accionistas. Con esta visión, Repsol está entrando en nuevos negocios de crecimiento sostenible como el incremento de la fabricación de biodiesel y en el eléctrico con energías renovables, lo que les está aportando el reconocimiento de los inversores. “Hoy tenemos un 30,4% de inversores instituciones que solo operan en medio ambiente, sostenibilidad y buen gobierno. Hace tres años estábamos en el 14%”, señaló Imaz.
Además, la compañía abarca un abanico de acciones añadidas como el fondo Repsol de impacto social que cuenta con una dotación de 50 millones de euros, con el objetivo de invertir en empresas que tienen un vínculo directo con la transición energética y el cambio climático, y que además den empleabilidad a colectivos vulnerables.
Por último, el consejero delegado de Repsol señaló que desde 2012, todos los trabajadores de las plantas industriales de Repsol tienen una paga verde, es decir una retribución variable vinculada a las emisiones de CO2 de la planta o el centro en el que operan. Gracias a ello, “hemos reducido en mas de 300 millones de dólares al año la factura energética”, aseguró.
Josu Jon Imaz terminó su intervención con una reflexión: “Es posible hacerlo bien, pero a su vez haciendo el bien”, dijo. Y agradeció la labor de la Fundación SERES que “nos cataliza, nos incentiva, nos ayuda a medir lo que estamos haciendo para que estemos seguros en algo de lo que no deberíamos tener ninguna duda: el bien común que las empresas generan termina no solo con una ganancia social sino también con valor para los accionistas”, señaló.
Digitalización y derechos de las personas
Para el presidente ejecutivo de Telefónica España, Emilio Gayo, nunca en la historia ha habido una acumulación de tantas nuevas tecnologías que hayan impactado de una forma tan enérgica en la sociedad como está sucediendo ahora. Por ello, “en Telefónica queremos trabajar desde la transición digital que tiene que ser inclusiva, para todos y justa equilibrada que no deje a nadie atrás y que vaya eliminando diferencias sociales”, señaló. En esta línea, Gayo se refirió al desarrollo de los principios básicos de digitalización que garanticen los derechos de las personas como son el de la intimidad, la transparencia, la seguridad y la protección de los menores.
La sostenibilidad es uno de los ámbitos prioritarios en los que Telefónica está implicada, especialmente en el mundo del trabajo. “Sabemos que el 50% de los trabajos
actuales van a poder ser automatizados en los próximos años y que el 85% de las profesiones que se demandarán en los próximos 10 años hoy todavía no existen. Es más, el 60% de nuestros empleados no tienen las habilidades TIC necesarias para manejarse en este mundo digital”, puntualizó. En esta línea, la compañía ha puesto en marcha en España el mayor programa de formación para más de 22.000 personas con el fin de que nadie se quede atrás. “Estamos hablado de tecnología, pero esto va de humanidad. Por lo tanto, nuestro propósito es cada día más claro: hacer un mundo más humano conectando la vida de las personas”, aseguró.