5 puntos de partida para crear un proyecto con impacto social e impacto económico
Los proyectos de colaboración, como se expuso en el artículo La colaboración entre empresas en la RSC, son un modelo de colaboración empresarial en materia de RSC que aúna a empresas que quieren dar solución a un reto social con un enfoque estratégico para las mismas.
La alianza requiere de la aportación por parte de las empresas colaboradoras de:
- Recursos y habilidades conforme a sus competencias diferenciales, más allá de la pura financiación
- La participación en su diseño y ejecución de manera conjunta
La combinación de estos factores da lugar a proyectos con impacto social e impacto económico, en el que la sociedad obtiene un beneficio al tiempo que resulta económicamente sostenible para las entidades colaboradoras generarlo.
En otras palabras, una oportunidad de oro para contribuir al desarrollo social con lo que la empresa sabe hacer mejor y transformando la RSC en una fuente de ventaja competitiva para ésta.
Si bien todos los proyectos de colaboración cumplen estas premisas, independientemente de su contenido y del colectivo que se vea beneficiado en cada caso particular, el germen de estos proyectos puede ser muy distinto.
El punto de partida más evidente es aquel en el que una empresa identifica un problema social y busca el apoyo de otras compañías para ponerle solución, pero… ¿y si existen otras situaciones propicias para crear un proyecto de colaboración? ¿por qué no aprovechar cualquiera ocasión para crear un proyecto con impacto social e impacto económico?
Con ánimo de evitar dejar pasar una de estas oportunidades, en el informe elaborado junto con BCG, Ally, Sumar para multiplicar: estudio de los proyectos de colaboración, se han analizado los posibles caldos de cultivo de un proyecto de colaboración.
En concreto, son cinco los puntos de partida para la creación de un proyecto de colaboración…¿quieres crear el tuyo?
- Un problema social observado
- Entidades colaboradoras identificadas
- Un proyecto social existente sin impacto económico
- Un negocio de colaboración existente sin impacto social
- Entidades interesadas en la colaboración
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Un problema social observado
Se trata del punto partida natural, en el que una organización (o individuo) que conoce o identifica un problema social, siente posteriormente la necesidad de buscar una solución y los colaboradores necesarios para multiplicar el impacto.
Así fue como surgió el proyecto Generation. Mckinsey & Co identificó la brecha existente entre el desempleo juvenil y la dificultad de los empleadores para conseguir empleados con las competencias necesarias para puestos específicos.
Para su solución propuso capacitar a los jóvenes en profesiones con gran proyección y demanda para que puedan integrarse en el mercado laboral y además, brindarles la posibilidad de realizar prácticas en las empresas que colaboran en el programa. ¿El resultado? Impacto social -reduce el desempleo juvenil- e impacto económico -reduce el coste de cubrir vacantes y genera capital humano con la formación requerida por las empresas colaboradoras-.
Además, tal y como han manifestado la compañía, “ninguna institución por sí misma puede solucionar el complejo problema del desempleo juvenil”. Por ello, Mckinsey & Co decidió desarrollar este solución en colaboración con un gran número de empresas, gobiernos, fundaciones y formadores.
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Un proyecto social existente sin impacto económico
Otra forma de crear un proyecto de colaboración consiste en partir de un proyecto social de colaboración que no tenía impacto económico y transformarlo en un negocio sostenible mediante una inversión.
Con el objetivo de afrontar desafíos a gran escala, resulta cada vez más habitual que las empresas colaboren para actuar desde una perspectiva global, generando mayor impacto tanto en el entorno empresarial como en el social.
Sin embargo, conseguir que una iniciativa social sea financieramente sostenible para la entidades colaboradoras, es decir, conseguir que genere impacto social e impacto económico no es tan frecuente. Conseguir estos dos objetivos es clave para asegurar la viabilidad en el tiempo del proyecto así como el arraigo y la expansión de la RSC en la empresa.
La Escuela Ana Bella para el empoderamiento de la mujer ejemplifica esta posibilidad. Surge como un proyecto social iniciado por Danone para empoderar a más de 1.400 mujeres supervivientes de la violencia de género. Gracias a este empoderamiento, las mujeres formadas han sido contratadas por las empresas colaboradoras, las cuales han vito disminuir la rotación y ausencia del personal del 63% al 11% y del 10% al 1% respectivamente.
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Un negocio de colaboración existente sin impacto social
Esta situación acontece cuando las empresas que colaboran se encuentran en la situación inversa a la descrita en el apartado anterior. Esto es, su proyecto tenía un impacto económico, pero no social. De esta forma se genera la oportunidad de adaptar negocios para que comiencen a servir a un sector desfavorecido como si fuese un nuevo mercado en términos de desarrollo de negocio y rendimiento económico.
Vision Van, la alianza entre Mercedes y Matternet ilustra bien este modelo. Se trata de una iniciativa que desarrolla drones autónomos destinados al transporte de pequeñas mercancías en recorridos de hasta 20 o 30 kilómetros.
Aunque aún no se ha aplicado a colectivos desfavorecidos, el co-fundador de Matternet resalta el gran potencial de esta nueva forma de reparto en proyectos sociales, al poder trasladar objetos de poco peso (como medicinas o documentos) a zonas rurales o devastados por desastres naturales.
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Una alianza para conseguir economías de escala
Por último, hay entidades que tienen un objetivo o problema en común que tienen perfectamente identificado pero cuya solución pasa por el desarrollo de proyectos que demandan una gran inversión. Ante esta situación, estas entidades se unen para crear un negocio con impacto social, en el cual la aportación individual de cada empresa es menor y, por tanto, más viable para todas ellas.
Accelerating Medicines Partnership es un ejemplo. Se trata de una alianza público-privada que permite reducir los plazos y el coste de una investigación centrada en el desarrollo de nuevos métodos de diagnóstico y tratamientos para enfermedades autoinmunes.
Normalmente, una empresa farmacéutica invierte grandes cantidades en investigación a la espera de un retorno, ya que se trata de un mercado de gran tamaño o con un alto potencial. En mercados donde no hay tanto poder adquisitivo o cuando se trata de enfermedades poco comunes la inversión no alcanza el retorno esperado, por lo que una colaboración entre diferentes compañías reduce la inversión individual necesaria, permitiendo a la vez recuperar la inversión y alcanzar el impacto social deseado.
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Entidades interesadas en la colaboración
En ocasiones, aunque con escasa frecuencia, hay empresas que conocedoras del impacto que pueden tener los proyectos de colaboración en la sociedad y el beneficio para las entidades que lo impulsan, quieren participar en uno a pesar de no tener definido el alcance y el objetivo final.
En definitiva, un proyecto de colaboración puede surgir del ánimo de varias organizaciones (o individuos) por colaborar de esta forma y es posteriormente cuando trabajan para identificar el problema social y plantear una solución.
Action Tank es una institución que permite poner en marcha proyectos de colaboración a las entidades que quieren unir sus esfuerzos con ese fin pero que carecen de un objetivo definido. En base a su experiencia en el desarrollo de proyectos sociales, facilita la definición y el diseño del proyecto de colaboración final entre las partes interesadas.
Si bien este no es el punto de partida más habitual, SERES trabaja para sensibilizar a las empresas para que se convenzan del poder de la colaboración. Para ello dedica gran parte de sus esfuerzos en la difusión de conocimiento de proyectos de colaboración y ejemplos de referencia a través, entre otros, del informe Ally, Sumar para multiplicar: estudio de los proyectos de colaboración, de una plataforma de conocimiento pública que recoge ejemplos de proyectos de colaboración nacionales e internacionales y de la celebración de sesiones informativas como Compartiendo Alianzas.
El ecosistema de proyectos de colaboración nacionales e internacionales analizados por SERES, disponibles en su plataforma de conocimiento pública, demuestra que existen infinitas oportunidades para crear un proyecto de colaboración con impacto social e impacto económico.
¿Ya sabes cuál va a ser tu casilla de salida?
A continuación os dejamos una infografía sobre las cinco formas para hacer despegar un proyecto de colaboración. ¿Se te ocurre alguna otra?