En un momento en el que la mayoría de las empresas a las que les afecta la ley 11/2018 sobre divulgación de Información No Financiera han publicado, o están a punto de hacerlo, sus Estados de Información No Financiera (EINF), es conveniente hacer una primera reflexión de cómo ha resultado este proceso. Y sobre todo, de cómo mejorarlo para hacerlo de una forma más eficiente en el siguiente ejercicio.
Para ello, se debe analizar el nivel de partida. Sin duda, en este primer año se han dado las casuísticas más dispares atendiendo a los niveles de madurez y desempeño en materia no financiera de las compañías. Si bien es cierto que a todas las compañías que han realizado este ejercicio, les ha supuesto una dedicación extra de esfuerzo y recursos.
Los tres puntos de partida
- Compañías que ya habían trabajado en Informes de Sostenibilidad o de RSC. Para ellos, quizá haya resultado un poco más ágil, dado que los sistemas y las responsabilidades ya estaban definidos. Pero también es verdad, que ni se reportaba toda la información con el nivel de detalle y desglose que exige la ley, ni se hacía en los mismos plazos ni con los mismos niveles de exposición y responsabilidad que este año.
- Empresas que consideran que los aspectos no financieros son relevantes y, a pesar de no disponer de sistemas de información formalizados, han querido aprovechar la oportunidad. Oportunidad para elaborar un documento que pueda ser útil para la compañía y mostrar su modo de gestionar estos aspectos no financieros.
- Compañías que han reportado información entendiéndolo como un requerimiento legal. Asumiendo incluso las consecuencias de no incluir determinada información que exige la ley. Para estas compañías, además de haber supuesto un esfuerzo, no se ha visto que el ejercicio realizado haya sido útil
Claves para mejorar los reportes de Información No Financiera
Partiendo de este escenario, es el momento de reflexionar sobre cuáles deberían ser los próximos pasos para elaborar mejores EINF, con un menor nivel de implicación, o al menos con una dedicación de recursos más repartida en el tiempo.
- Mejorando los los sistemas de información y sus controles internos. Haciendo, por ejemplo, un cierre parcial de la información y elaborando instrucciones para el reporte.
- Comenzando a trabajar desde la publicación del EINF de 2018, en un esqueleto y modelo de información para el EINF de 2019. De forma que si hay políticas o análisis no realizados por la compañía, se pueda disponer del tiempo necesario para dar una respuesta que refleje, de la forma más fiel posible, la realidad de la compañía. Lo que a la larga mejorará la información reportada ya que, se considere así o no, cada vez existe una mayor demanda externa de la adecuada gestión de lo extra-financiero por parte de las compañías.