
Leslee Udwin es cineasta, defensora de los derechos humanos y activista por la educación. Fue votada como la segunda mujer más influyente de 2016 por el New York Times y ha recibido prestigiosos galardones, como el premio Anna Lindh de Derechos Humanos, el Premio GlobalmindED a las Artes y la Educación, y el Premio ONU Mujeres Activistas por la Paz, entre otros. Es creadora de Think Equal, una organización educativa sin ánimo de lucro con un innovador programa de educación socioemocional para niños de 3 a 6 años. Esta iniciativa mundial nació de las reflexiones que surgieron mientras realizaba su documental India’s Daughter (La hija de la India), centrado en la brutal violación de una joven en Nueva Delhi. Hoy, Think Equal beneficia a más de 510.000 niños en 34 países y ha sido reconocido con el prestigioso premio WISE 2020 por su impacto en la educación.
Tras su reciente visita a Madrid para presentar su programa de educación socioemocional en España con la Fundación Gomaespuma, Leslee reflexiona sobre el papel clave de la educación temprana en la igualdad de género, el liderazgo empresarial y la promoción de vocaciones STEM entre las niñas.
P: Como fundadora de Think Equal, has visto crecer el reconocimiento del aprendizaje socioemocional en la infancia. ¿Cómo has observado su evolución en los últimos cinco años? Y, ¿por qué crees que sus principios son clave no solo para la educación de las futuras generaciones, sino también para impulsar el liderazgo, la colaboración y la toma de decisiones éticas en los negocios?
R: En los últimos cinco años, he sido testigo de un mayor reconocimiento de la importancia de la infancia temprana, con naciones, empresas y políticos asumiendo esta comprensión de manera más profunda. Invertir en los primeros años de vida es fundamental, y no se trata solo de una opinión, sino de un hecho respaldado por la ciencia: es la acción más transformadora para el futuro. Es clave para impulsar la igualdad de género, reducir la violencia, mejorar la salud mental y resolver muchos problemas sociales. Si queremos un mundo más próspero y empático, debemos comenzar a trabajar desde la raíz: la infancia.
Sabemos esto desde hace siglos. Aristóteles dijo hace dos mil quinientos años: que ”la educación de la cabeza sin la educación del corazón no es educación en absoluto». Tal vez ahora estamos en una crisis tan profunda que hemos acelerado nuestra necesidad de encontrar una solución, pero lo importante es actuar y hacerlo ya.
¿Qué deben hacer las empresas? Sin duda, deben ser una fuerza para el bien común. Dejemos de pensar a corto plazo. Invirtamos en la juventud y en aquellos que terminan de formarse, invirtamos en construir bases sólidas y sobre todo en prevención, para ser capaces de crear un impacto positivo a largo plazo.
«Las empresas deben ser una fuerza para el bien común»
P: El Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia (11 de febrero) y el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo) son momentos clave para reflexionar sobre la participación femenina en la ciencia y la tecnología. ¿Cómo puede la educación temprana ayudar a inspirar a más niñas a seguir carreras en estos campos y cerrar la brecha de género en STEM?
R: La educación temprana no es solo una herramienta para avanzar en la agenda de igualdad. Creo que es un pilar fundamental. Sin una educación que enseñe igualdad, que inculque el valor de igualdad entre niños y niñas y rompa los estereotipos, estamos perpetuando la desigualdad de género.
Intentar motivar a las niñas a interesarse por las disciplinas STEM cuando tienen 13, 14 o 18 años es demasiado tarde. Es imprescindible comenzar desde que el cerebro se está formando, educando a las niñas en autoestima y confianza. Después de los 6 años no resulta efectivo ni tampoco duradero.
La empatía, la resolución pacífica de conflictos, el cuidado del medioambiente, el pensamiento crítico, la inclusión, la celebración de la diversidad o la ciudadanía global son habilidades clave que deben cultivarse en la primera infancia. Precisamente por ese motivo que el aprendizaje socioemocional es crucial.
«Sin una educación que enseñe igualdad, que inculque el valor de igualdad entre niños y niñas y rompa los estereotipos, estamos perpetuando la desigualdad de género»
P: ¿Qué papel juega la educación en la prevención de la violencia de género y cómo puede integrarse mejor en las empresas y en la sociedad?
R: Cuando educas a un niño o a una niña, estás formando a todo un ser humano. Puede pasar mucho tiempo hasta que ese niño llegue a una entrevista de trabajo, pero hoy sabemos que, con la llegada de la inteligencia artificial, necesitamos lo que las máquinas no tienen: la inteligencia social, relacional y emocional. En términos generales, las máquinas pueden hacer todo lo que nosotros hacemos, pero mejor. La diferencia la marca nuestra capacidad de conectar, comprender y resolver problemas de manera humana.
Si pensamos en las estadísticas de violencia de género, las cifras siguen siendo alarmantes: una de cada tres mujeres ha sufrido violencia sexual, una de cada cinco ha sido violada. ¿Están bajando estos números? No.
Hemos intentado lo mismo una y otra vez y no hemos cambiado nada. Como dijo Einstein, “la locura es esperar resultados distintos haciendo lo mismo”. Si no escuchamos a la ciencia y comenzamos a trabajar desde la primera infancia, no veremos ningún cambio real.
Las empresas deben ver que la educación temprana es la única etapa en la que se puede marcar la diferencia. Es el momento crucial para generar un cambio significativo.
P: Desde que Think Equal fue fundado en 2016, habéis llegado a más de 510,000 niños en 34 países, con el apoyo de alianzas globales con instituciones como UNICEF, UNESCO y el Centro de Inteligencia Emocional de Yale. ¿Cuáles han sido los factores clave detrás del éxito de estas asociaciones y cómo pueden servir como modelo para otras organizaciones y empresas que buscan generar un impacto similar en la promoción de la educación emocional y la igualdad de género a nivel mundial?
R: Cada vez creo más que el camino a seguir es el ODS 17, vinculado a la colaboración: las alianzas para lograr los objetivos. El futuro pasa por la creación de coaliciones. Las empresas pueden unirse y colaborar para implementar cambios en una parte del país, en un país del mundo o en una ciudad. En otras palabras: trabajando juntos con un propósito común.
Para nosotros, UNICEF es uno de nuestros socios más valiosos, al igual que la UNESCO. ¿Por qué? Porque trabajan muy estrechamente con los gobiernos y, para que nuestro trabajo tenga éxito, debemos hacerlo de manera continuada y sostenible.
En Think Equal sabemos que nuestra misión es global: queremos llegar a cada niño, en cada aula, en cada país del mundo. Pero no podemos estar en cada país; hay más de 190. Por eso, desde el inicio entendimos que debíamos contar con socios locales a quienes capacitamos para implementar y extender el programa. No iniciamos el programa en un país, estado, región o ciudad sin antes firmar un acuerdo de entendimiento con la autoridad correspondiente, ya sea nacional, regional o local.
«En Think Equal sabemos que nuestra misión es global: queremos llegar a cada niño, en cada aula, en cada país del mundo».
P: ¿Qué acciones específicas recomendarías a las empresas españolas para marcar la diferencia en la lucha contra la violencia de género y promover la igualdad de oportunidades para mujeres y niñas en todos los sectores, incluidas las disciplinas STEM?
R: Las grandes corporaciones pueden colaborar con organizaciones como la nuestra, que trabaja en el ámbito de la primera infancia. Mientras otras organizaciones se centran en unas pocas competencias, nuestra metodología aborda 25 habilidades, de manera integral, efectiva y basada en mejores prácticas.
Si eres una gran empresa, puedes proporcionar materiales para apoyar a tus empleados, ofreciendo talleres o recursos para romper el ciclo de discriminación, baja autoestima y falta de empatía que se transmite de generación en generación. Puedes involucrar a tu fuerza laboral mediante programas de voluntariado con las ONG, lo que también fomenta el compromiso y bienestar en la empresa.
Incluso si una empresa no tiene recursos para programas de gran dimensión, también puede contribuir. Por ejemplo, una firma de abogados puede ofrecer asesoría legal pro bono, o una empresa puede donar parte de sus fondos a las ONG locales. Cada empresa puede hacer algo.
Además, este es un momento crucial para España, y por eso, aprovecho para hacer un llamamiento a las empresas para que colaboren con Think Equal.