Agenda 2030, ¿qué sector empresarial conseguirá antes la meta?
La sociedad está cambiando hacia un paradigma socialmente más comprometido y de la misma manera lo hacen las organizaciones, evolucionando y mostrando su compromiso de cara a cumplir la Agenda 2030 que vendrá marcada por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
¿Qué buenas prácticas han llevado a cabo los sectores empresariales para fomentar la RSE?
Con el objetivo de medir el cumplimiento de estas buenas prácticas, en 2021 y por octavo año consecutivo, la Fundación SERES en colaboración con Deloitte ha elaborado el informe de Impacto Social de las Empresas, un estudio en el que un total de 71 organizaciones han ofrecido sus resultados económicos y sociales con respecto a su actividad laboral e impacto en RSE del año anterior.
La información aportada por las distintas entidades participantes en el informe demuestra que es posible generar resultados económicos positivos al mismo tiempo que se causa un impacto social positivo, puesto que, confirmando las palabras de Fernando Ruiz, presidente emérito de Deloitte y de la Fundación SERES: “Ese compromiso ha llegado para quedarse y no es una opción”.
Esta implicación cada año es más significativa ya que en 2020 se logró impactar en 158 millones de beneficiarios, lo que supuso un aumento de más de 100 millones en comparación con 2019. Además, se han puesto en marcha casi el doble de proyectos dedicados a RSE. Este compromiso por parte de las firmas ha tenido lugar tanto en su núcleo empresarial, buscando convertirse en una herramienta de mejora para sus empleados, como en su entorno, con distintas prácticas enfocadas en favorecer y contribuir a conseguir una sociedad mejor.
Gracias al amplio número y variedad de compañías que han participado en dicho informe y mediante la realización de un análisis cuantitativo, se ha logrado tener una visión general de la implicación de cada sector en distintos ámbitos de la RSE.
Buenas prácticas externas
En cuanto a las buenas prácticas externas llevadas a cabo por las distintas organizaciones, se diferencian 5 parámetros: i) la inversión total en proyectos RSE, que supuso 1.486 millones de euros –un 8% más que en 2019–, ii) los beneficiarios de estos programas, 158 millones iii) el cómputo total de proyectos de esta índole, cerca de 24.869, iv) el número de trabajadores involucrados en voluntariados corporativos, un total de casi 150.000 y v) los empleados involucrados en programas de RSE, aproximadamente 181.800.
Del conjunto de sectores del mercado, el sector Finanzas destaca por ser el que mayor aporte ha realizado en la mayoría de los indicadores mencionados anteriormente. Su inversión ha supuesto un total del 72% de la contribución en RSE y más del 60% en los proyectos destinados a la misma. Sin embargo, con respecto al número de beneficiarios y al conjunto de empleados involucrados en voluntariados corporativos, han sido los sectores Energía y Telecomunicaciones respectivamente los que tuvieron mayor impacto. El sector Tecnología, por su parte, ha obtenido un porcentaje del 10% tanto en participación por parte de sus trabajadores en voluntariados corporativos, como en programas dedicados a la RSE –en este último fue superado en un 7% por el sector Bienes de consumo–. Adicionalmente, cabe destacar que el sector Telecomunicaciones ha logrado un 38% de implicación de la plantilla en voluntariados de la empresa, el máximo en esta temática.
El sector que más se ha involucrado al incluir buenas prácticas para impactar a sus beneficiarios ha sido el sector Energía con un 38%, cifra que destaca respecto del 9% obtenido por el sector de Alimentación y bebidas.
Frente al resto de contribuyentes, ha destacado por su amplio margen de mejora el sector Utilities, con solo un 4% de aportación en proyectos de RSE, siendo este su máximo porcentaje. El sector Industria con apenas un 2% de su plantilla involucrados en programas de responsabilidad social corporativa y, por último, el sector Salud con la mitad de porcentaje en el indicativo que el sector anterior y sin ningún tipo de impacto social con relación a los beneficiarios de sus programas de RSE.
Buenas prácticas internas
Con el objetivo de sensibilizar a las personas dentro de la firma, las empresas que han formado parte del estudio han generado políticas asociadas a la ética de la organización y a beneficiar socialmente a sus trabajadores. Este es el llamado “impacto interno”.
De entre todos los distintos sectores, cabe destacar que todas las entidades del sector Finanzas cuentan con una estrategia de RSE alineada a la de la empresa, un código ético o de conducta que asegura el correcto cumplimiento de las políticas, además de contemplar la RSE como una palanca de innovación de productos y servicios para involucrar a sus empleados en las actuaciones relacionadas con la responsabilidad social.
El sector Tecnología también ha implementado estrategias de RSE alineadas a su negocio, desarrollando medidas para la conciliación de la vida familiar y laboral de sus trabajadores e integrando personas con discapacidad en su plantilla, en definitiva, considerando la RSE como una palanca de innovación y ha involucrado a sus empleados en prácticas de la misma.
Han destacado los sectores de Energía, Bienes de consumo y Telecomunicaciones al implementar todas las prácticas internas de RSE entre las que se incluyen, por ejemplo, la adquisición de bienes y servicios a Centros Especiales de Empleo. (para consultar la información completa, consultar la página 31 –prácticas de RSE– del informe del Impacto social de las empresas.
En cuanto a los sectores Utilities y Alimentación y bebidas, ambos cuentan con una estrategia socialmente responsable acorde a su empresa, contando con un código ético o de conducta de igual forma que han desarrollado medidas para la conciliación de la vida familiar y laboral. Las compañías de estos sectores han involucrado a sus trabajadores en actuaciones de responsabilidad social, contemplándola como palanca de innovación, al tiempo que cuentan en su plantilla con personas con discapacidad.
El sector Salud, por su parte, también cuenta con un código ético o de conducta, y ha tomado medidas para favorecer la conciliación personal con la vida laboral. Según el informe, las empresas de este sector han contratado a personas con discapacidad e involucran a sus empleados en proyectos relacionados con la responsabilidad.
Por último, en cuanto a prácticas internas, cabe destacar el sector Industria, el cual ha aplicado estrategias de RSE, incluyendo un código ético o de conducta, que busca la conciliación personal y la incorporación de personas con discapacidad. En definitiva, contemplando la responsabilidad social empresarial como una palanca de innovación de productos y servicios, involucrando en proyectos de esta temática a sus empleados.
¿Qué buenas prácticas han llevado a cabo los sectores empresariales para alcanzar los ODS?
Teniendo en cuenta que el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es una de las principales metas de las compañías participantes en el presente informe, es importante destacar cuál ha sido la contribución de cada sector a los 17 ODS incluidos en la Agenda 2030 a través de sus buenas prácticas. Estos objetivos se pueden agrupar en cinco grandes ámbitos de actuación: personas, prosperidad, planeta, paz y alianzas.
Es preciso destacar los sectores de Alimentación y bebidas, Finanzas e Industrial por su amplia participación en los ODS centrados en las personas, en la búsqueda de un futuro más próspero social, económica y medioambientalmente, los destinados a cuidar y mejorar el planeta y aquellos para establecer alianzas.
Los sectores con menor contribución en cuanto a variedad de ámbitos son el de Bienes de consumo, Energía, Telecomunicaciones y Utilities, puesto que únicamente han aportado a los bloques de objetivos para alcanzar la prosperidad y ayudar al planeta.
Por último, mencionar los sectores Salud y Tecnología, al colaborar con los ODS dirigidos a ayudar a personas, lograr el progreso y crear alianzas.